...
Abrí los ojos y una asquerosa luz blanca me cegó.
Cables por todos lados, me rodeaban, me aprisionaban.
Una cama dura, ... y ni hablar de la habitación.
Cuatro paredes y una patética puertita del mismo color.
Aun era de noche y no reconocía relamene donde estaba, trate de dormir pero mi cuerpo rechazaba la idea.
Pasé el tiempo mirando la ventana, no había nada que no sea gris. Todo era gris.Ah. Cierto, a esto se le llama hospital...
Amaneció en muy pocos minutos. Casi no sentía el paso del tiempo... Como si estuviera en "Stand by".
Una mujer gorda, de ropa que debía ser blanca se me acercó, al principio no se dio cuenta que había despertado. Miró mi cara y empalideció. Corrió gritando "¡Doctor! ¡Doctor!" fuera de mi pequeña caja que se suponía debía ser blanca (Pero como como todo aquí, era gris.).
Abrí los ojos y una asquerosa luz blanca me cegó.
Cables por todos lados, me rodeaban, me aprisionaban.
Una cama dura, ... y ni hablar de la habitación.
Cuatro paredes y una patética puertita del mismo color.
Aun era de noche y no reconocía relamene donde estaba, trate de dormir pero mi cuerpo rechazaba la idea.
Pasé el tiempo mirando la ventana, no había nada que no sea gris. Todo era gris.Ah. Cierto, a esto se le llama hospital...
Amaneció en muy pocos minutos. Casi no sentía el paso del tiempo... Como si estuviera en "Stand by".
Una mujer gorda, de ropa que debía ser blanca se me acercó, al principio no se dio cuenta que había despertado. Miró mi cara y empalideció. Corrió gritando "¡Doctor! ¡Doctor!" fuera de mi pequeña caja que se suponía debía ser blanca (Pero como como todo aquí, era gris.).
Las cosas se pusieron animadas. Vino otra persona, un hombre esta vez. Me examinaron, Me preguntaron mi nombre, qué era lo que recordaba. En mi estado semi ausente, contesté sus preguntas.
Me hicieron exámenes tanto mentales como físicos.
Me devolvieron a mi habitación-caja. La mujer regordeta a la cual empecé a llamar cara de galleta, o cara de pastel (mi ahora querida enfermera) me preguntó si estaba en condiciones de recibir gente. Dije que sí.
Me hicieron exámenes tanto mentales como físicos.
Me devolvieron a mi habitación-caja. La mujer regordeta a la cual empecé a llamar cara de galleta, o cara de pastel (mi ahora querida enfermera) me preguntó si estaba en condiciones de recibir gente. Dije que sí.
Cuando hubo personas dentro de mi habitación-caja, comenzaron a gritar y festejar, que cosa mas irritante... ¿Qué festejan? Si estar acá es una asco...
Una señora que no pasa de los 50 años (muy emocionada, de hecho), sacó algo de su bolsillo. El molesto murmullo de su celular me penetraba el oído. Al cabo de media hora se escucharon más de diez voces distintas en mi caja, pero el suceso mas interesante hasta entonces fue la llegada de alguien, su rostro conocido se enfoco en mi dirección inclusive antes de atravesar la puerta.
Me miró, se tapó la boca y lloró. Lloró como un nene que encuentra a su querida mascota perdida, casí corrió hacia mí y me abrazó de una forma que no voy a olvidar (por lo menos no hasta que me deje de doler.)
Su olor..., su voz. ¿Alek?,¿ Mi sombra?- y todavia con la voz cristalina en trozos, me dijo "Bienvenida a casa".
Me miró, se tapó la boca y lloró. Lloró como un nene que encuentra a su querida mascota perdida, casí corrió hacia mí y me abrazó de una forma que no voy a olvidar (por lo menos no hasta que me deje de doler.)
Su olor..., su voz. ¿Alek?,¿ Mi sombra?- y todavia con la voz cristalina en trozos, me dijo "Bienvenida a casa".