sábado, 30 de noviembre de 2013

Atraco - Jack & Crystal


¿Qué harías... si después de cuatro años de "entregas" simples, te llega una oportunidad única?


Una "entrega" especial.

¿Pero qué digo? una "entrega"... ¡ES LA "ENTREGA"! 

La "entrega" que te ayudaría a salir de la decadencia e irte a un nuevo sitio, con una nueva vida, la que quieras y con quien quieras.

Nosotros aceptamos el trabajo. 
Nos llevó semanas estudiar los patrones de movimiento de los agentes, los horarios, todas las acciones a realizar para llevar todo a cabo correctamente.
Dedicamos todo el tiempo y entusiasmo a este trabajo, lo único que lo diferenciaba del resto, es que en este sería el ultimo.
Tendríamos que cerrar con broche de oro.

Entrar al lugar fue muy simple, nada de otro mundo. Todo prácticamente natural.

- Jack, ¿Ese no es el bolso que nos pidieron?- Lo señaló con su mirada, mostrándose algo dudosa.
- Estás atenta, ve y tómalo por mi, ¿quieres? ... Yo vigilare la entrada.


>>Crystal era la segunda mujer con la que más pude relacionarme, la primera está muerta y fué quien me dio la vida.


- Está algo pesado, podría fijarme que es lo que...

- No, las condiciones del trabajo era entregar el pedido tal y como lo encontramos, ahora larguémonos de aquí.

Crystal tomó el bolso y me siguió, todo estaba saliendo tal como lo planeamos...
Hasta que aparecieron guardias... donde no deberían aparecer. Algo andaba mal...


- Mierda. ¿Estos quienes son? No estaban en el horario de cambio de guardia.

- Tranquila, encontraremos la forma de salir de esta. No llegamos hasta aquí para dejar que nos atrapen tan fácil, ¿No?


Retrocedimos unos pasos hasta llegar a la escalera, desde allí llegamos a una habitación. Por lo visto es del dueño de la casa. 
Tenía un escritorio y una extensa biblioteca. La ventana de ahí era amplia y daba directo al parque frontal de la casa. Raro..., guardias adentro pero no fuera.

- Oh, mierda... Jack, ven a ver esto..- Tomó mi brazo con felicidad.

Crystal había encontrado piedras preciosas y un reloj de oro sobre el escritorio, ella siente una pequeña debilidad hacia esas piedras, se las guardó.

- Este es el último trabajo, hay que irse con un broche de oro...- Me guiñó el ojo con una sonrisa.
- Devuélvelas, solo nos pidieron el bolso. Con la recompensa te comprarás tantas como quieras, deja esas.

Crystal dejó las piedras sobre el escritorio como le pedí.
Abrí la ventana, pero al hacerlo golpeé accidentalmente un jarrón que estaba al un lado.

Su impacto fue la chispa del fin. 

Los guardias que encontramos abajo entraron por la puerta, no nos dieron tiempo de nada. Abrieron fuego sin discreción... 
Sólo saltamos por la ventana, una suerte que no fuera muy alto.

Crystal corrió hasta nuestra famosa NOVA y la encendió.  Yo quede haciendo tiempo para que ella lo encendiera tranquila.
Al oír el motor andar corrí hasta donde estaba, pero una bala rozó sobre mi hombro. 
Aunque sólo me rozó, hizo que pierda el equilibrio.

- ¡VAMOS, VAMOS NO TENEMOS TODA LA NOCHE! - Gritaban los guardias para venir a rematarme.

-¡JACK! ¡AHORA VOY! - Gritó desesperada dejando el bolso en el asiento de pasajero.

- ¡No es nada! Quédate ahí y no te muevas.

Seguí corriendo hasta ella y al subir arrancó a fondo. Teníamos que perderlos...

- Oye, ¿Qué tan grave es? 

- No lo sé, pero es molesta. No sangro mucho..., o eso creo. ¡PUTA MADRE, SON ELLOS!


Los malditos nos encontraron rápido. Sus vehículos eran veloces, pero no resistentes. Saco mi arma para devolverles algunos de los disparos que repartieron en la casa.

- ¿Sabes algo? Mi puntería sería mejor si no sacudieras tanto a Nova.

- ¿¡Quieres concentrarte en ellos!? ¡Estoy tratando de perderlos!

Durante estos cuatros años siempre supe que ella tenía algo contra mi auto, y ese día se tomó el trabajo de hacerlo notar. Los desgraciados tenían MP5 y autos veloces, ¿algo mas?

- ¡Jack, sujetate y perdóname por hacerle esto a tu bebé!

- Eso no me gusto como sonó... ¿Pero qué mierda?


Saltamos el puente levadizo que separaba el lado bueno del muy, muy malo. Pero..., por la situación en la que estábamos, creo que el lado muy, muy malo era ahora un lado bueno, por el momento...

Nova quedó destruida, tendríamos que buscar un lugar donde hospedarnos. Tiene que ser algo clandestino lo mas posible, el dolor de la bala estaba molestándome como un mosquito en una noche de verano.

Crystal encontró un hotel que encajaba con las categorías que buscamos. 
La habitación era una mierda. Dejo el bolso sobre la cama, no quiero hablar mucho estoy algo enfadado por mi preciosa Nova y también el dolor que tengo encima no me ayuda mucho. Me quité mi chaqueta lentamente.

- Dejáme ver...


Crystal lo soltó suavemente y me miró fijo, demasiado para mi gusto.

- Por suerte la bala solo rozó tu hombro. - Lo dijo en un tono muy suave y calmado.

- Duele de todas formas. 

- ¿Cuántas veces tengo que decirte que tengas más cuidado? ¡Casi te matan, idiota! 


Mi cabeza estaba en otra parte, y no quería una noche de sermones y bla bla blas.


- Ya, no necesito sermones.

- Quédate quieto, esto te va a arder.


Derramó Alcohol sobre mi herida. Me picó un poco..., luego me limpió la herida y la vendo al final. Estaba tan cansado, al igual que ella... No podíamos quedarnos mucho tiempo, pero necesitábamos descansar.
Para ser el último trabajo, debo admitir que fue cargado con mucha adrenalina.

La cama era una mierda, demasiado pequeña como para que podamos entrar ambos. Los roces que teníamos me ponían algo incomodo... Al menor descuido Crystal comenzó a besar mi cuello, no entendía lo que pasaba. 
Tarde en reaccionar.

Empezamos a besarnos y desvestirnos. Mis manos empezaron a tocar su pecho... Me encantaba, pero no sabía por qué razón... 
Ella se mostraba a gusto con lo que hacía. 
"Sangre, sudor y lagrimas, creo que ocuparan esta noche." Eso fue lo que pensé...

Esa noche fui suyo y ella mía.  Fuimos uno en este cuarto de mierda. Mis manos y lengua recorrieron todo su cuerpo, sus manos suaves acariciaban mi espalda, dándome un deseo de morderla... Casi la hago sangrar. 
No quería lastimarla, pero el impulso que tenía era incontrolable.

La verdad que en ese momento, me importaba poco y nada Nova, el bolso, los guardias rastreandonos, la habitación de mierda... Sólo me importaba este momento y ella explotándome una y otra vez.


                                                                              ***


Todo lo bueno tiene un final...  Dicen que lo que empieza bien, termina bien..., ¿no?
Escuchamos sirenas acercándose al hotel, 
Apenas nos recuperamos... Nos vestimos lo más rápido posible.
La suerte nos sonríe dentro de todo, tenemos otra ventana y da a un callejón. 
Creo que está mucho mejor que esta mierda de habitación. 
Tomo rápido el bolso y cuando estoy listo para saltar..., Crystal corre hacia el otro lado de la habitación para buscar mi jodida chaqueta.

- ¡Déjala! ¡Es una perdida de tiempo!  

Saltamos. Corremos en medio de la noche... Es verdad lo que ella dijo, el bolso esta un poco pesado, la curiosidad me pica.
Quiero saber que hay dentro, pero... en 47 horas entregamos el bolso y tendremos la vida que realmente queremos... Creo que la compartiré con ella.

Crystal encuentra una casa abandonada cerca del hotel de mierda. Es buena encontrando lugares, debería buscar a Wally como pasatiempo.

Ella se queda detrás de mi, y sigue mis pasos como lo hicimos desde el principio... 
Esto está tan arruinado como el cuarto de mierda... sólo que con mas paredes, grietas y huecos. 
De repente siento ganas de volver a tener lo que pasó en el hotel de mierda, así que suelto el bolso a un costado. La miro pero,... siento que algo malo esta por pasar, una angustia presiona mi pecho.

-Perdón..., demasiada rudeza para mi princesa de cristal.

Voy directo a su cuello. Estoy cegado, no me importa nada. Sólo quiero poseerla una vez mas.
Creo que está diciendo algo, pero no debe de ser nada importante, algún halago seguramente.

Mis manos cobran vida una vez mas, tocando todo su cuerpo. Pero... algo anda mal. 
Ella se resiste, me aparta de ella, eso me molesta.

- ¿Ya no me deseas? Eso es lo que pasa. Me sedujiste para quedarte con la recompensa... ¿no es verdad?

- No, jack...yo...

- Esto se terminó me voy.

Ella piensa que soy estúpido, piensa que con sólo darme algo de cariño y un par de besos puede comprarme.

- ¿Pero que estas diciendo? ¿vas a dar la espalda a todo lo que sacrifiqué por esto? ¡No te vas a ir sin mi!

Agarra mi brazo y sólo lo hace peor, ninguna perra aprovechadora intenta detenerme con el encargo por el que arriesgue mi culo. 
Se ve que le doy miedo ahora ¡Mejor, el respeto viene a través del miedo!
Suelto el bolso, lo tiro lejos. No me importa, tengo que enseñarle quien manda aquí.
Un golpe firme en su precioso rostro le hará entender quien es el que manda.
Su cuerpo tendido en el suelo dan ganas de volver a empezar...pero no. 
Ella perdió la oportunidad. Pongo sus manos a los costados de su cabeza. Veo que esta manchada de sangre, no me interesa mucho.

-Basta...

Ahora pide que pare, >>Despertaste algo mientras estábamos en el cuarto de mierda, ahora lo tendrás una vez mas.<< 
Le arranco la ropa, pero ella se sigue resistiendo. Tengo que poner mas fuerza.

Revivo lo que pasó en el cuarto de mierda, o algo parecido. No importa ahora el placer que ella sienta, sólo el mio.
De repente veo una sombra que intenta llevarse el bolso. El condenado bolso, apunto con el arma, pero Crystal intenta apartarme de ella forcejeando. Y de repente... apreto el gatillo. Disparo al equivocado...

- Nonononononoonono....

Cometí el error mas grande de mi vida. Acabo de matar a la mujer que me hacía sentir vivo, a mi compañera de aventuras, a mi otra mitad, ya nada importa... Nada del mundo me importa una vez mas, sólo ella.

- Jack....dos contra el mundo sin importar nada....no lo olvides... 

Me sonríe a pesar de estar en sus últimos segundos... 
Me invade el llanto, las lágrimas corren por mi rostro. No puedo dejar de verla tirada llena de sangre y mis manos cubiertas de ella... No puedo dejarla ir....todo...ella...mi mundo, no puedo hablar. Sólo llorar.

- Jack....te...a....

>>Nunca pudo terminar su frase, pero sé realmente lo que quiso decirme...

La ira me invade. Todo por un bolso de mierda, un jodido bolso. 
Salgo de la casa abandonada, lleno de sangre y con las lagrimas nublandome la visión. 
corro lo mas lejos posible, de repente toco el bolsillo interno de mi chaqueta y saco las piedras que Crystal había "dejado" en el escritorio... 
Ahora es lo único que me queda de ella...
La presión que sentía en el pecho cuando estaba en la casa abandonada junto con ella desaparece...

Sangre, sudor y lagrimas correrán esta noche.

jueves, 13 de junio de 2013

*+.+*+.*+*.+*




Abatido contempla la calamidad de su ser.
Sentimientos contrariados comienzan a romper el estricto esquema.
Bramaba una sinfonía de destrucción, aclamando una nueva vanguardia...
La verdadera.

Desenfrenado devora lo que por derecho es suyo,
Devolviéndolo todo a su forma original.
Cansado de que alguien más mueva los hilos de su esencia...
Desplegó su verdadera forma, viendo en su interior, minusciosamente memorizaba el tesoro invaluable....
El mapa de su alma.

martes, 16 de abril de 2013

Ellas bailan.





Las tardes siempre fueron melancólicas en esta ciudad. No importaba si llovía, tronaba o si fuera el día más luminoso del año; las tardes siempre fueron melancólicas.

Ese día no podía esperar para llegar a casa...
Las venas se me inflamaban, me ardían las ansías. Necesitaba un poco de esa intoxicación tan deliciosa del tabaco.
Siempre llevaba conmigo toda clase de tabaco, cigarrillos rubios, tabaco negro, hasta llevaba habanos de sabores raros. Me gustaba de todo tipo.
Sólo que para alguien como yo..., bueno, mis pulmones poco van a aguantar esta situación.

Al llegar a casa mis pies parecían dos cadáveres, me dolían los hombros y la cabeza se me partía en añicos. Ahh..., el deseo...

Era como un adolescente virgen a punto de debutar, no podía esperar un segundo más.
La llave giró despacio, todo parecía estar filmado en cámara lenta. Como un mal chiste dedicado a mi persona.
básicamente tiré mis cosas al sofá que había junto a la puerta del balcón.
El intenso olor a humo impregnado en las paredes me daba la bienvenida.
Me senté en la mesa, encendí mi primer cigarro. Todo era tranquilo, lo usual.
Todo iba muy bien, hasta que no pude rehuir de la venenosa melancolía que siempre me termina por acorralar.

Supuse que esa noche no podría simplemente irme a dormir, estaba muy cansando, deteriorado. Aún así, no tenía sueño y esa sería mi perdición.

Busque entre los compartimentos de la discreta mochila que usaba para trabajar, y los encontré justo donde los había dejado...
El olor de la marihuana, inundo mis fosas, era como degustar un valioso vino. Fume varios esa noche, entrada la madrugada saqué un par de cervezas heladas de la heladera.
Todavía tenía una leve sensación de melancolía, pero no importaba. Ya estaba un poco... ido.
Serví la cerveza, pero no sin antes fumarme medio paquete de los Philip Morris que tenía en el bolsillo de la chaqueta.

En este punto todo dejaba de tener sentido, y lo único que tenía en claro era el deseo por la helada cerveza que yacía seductora sobre mi mesa.

No sé cuantas me habría tomado por no ser por las hermosas figuras del humo. Se retorcían, se movían con una sinuosidad digna de una bailarina...
Empecé a vislumbrar los pliegues de un vestido y los movimientos lo mecían sobre la figura de esa hermosa mujer...
De repente me di cuenta de que estaba en un desierto..., desierto de arena gris.
La estrellas brillaban como si hubiesen cobrado vida, como si las viera por primera vez.

Era demasiado bella, su imagen me devoraba, me absorbía... Debía tocarla.

Me acerqué, pero esta con un grácil movimiento se alejó, se sonrió. Me miraba con una intensidad....
La picardía de sus ojos encendía algo en mí. Ella siguió danzando.
En ese momento..., cayó desde algún lugar recóndito de mi memoria, como si una soga desgastada por la presión se haya roto, el bello rostro de... Ella.
Algunos dicen que el primer amor es el verdadero, no sabía si podría dar crédito de ello, pero... pero...
Todas las cosas que pasamos..., desde que jugábamos juntos en el recreo, las primeras salidas con nuestros amigos... todos juntos...
El día que me me besó y me dijo que me amaba, los besos, las caricias, las tardes calurosas de verano en su cama...
Derramé un cálido líquido, y rodó por mi mejilla. No sé que fue, pero no duró mucho. Los hombres no se preocupan por cosas como esas...

Debía poseer a esa hermosa danzarina gris, no había otra cosa en el mundo para mí...

Me acerqué bruscamente, no escondí mis intenciones. Pero ella se alejó otra vez. La única diferencia fue su expresión...
Ella se tropieza y sus zapatos se desprenden de sus pies. Yacía hermosa, en el frío suelo de arena gris... ¿o era linóleo?
Ya no importaba.
Ella era hermosa, frágil. No podía poseerla, no así.
Otra vez derrame líquido caliente, La melancolía me inundo, pero ya no importaba.
Volví sobre los pasos que ella había dado, recogí sus zapatos y me situé suavemente a su lado. Los sople, les quité toda la arena que pude.
Y de repente, ella brillaba, como si hubiese cobrado vida, como si fuera la primera vez que la viera, y como si fuera la última también...
Le puse los zapatos, "cenicienta" pensé. ¿Qué clase de persona pensaría algo en semejante situación? ya no importaba.

Cuando me dí cuenta ella ya estaba acomodada en mi pecho, nadie se había pegado tanto a mi piel, ni a mi alma.

No pude resistirlo. Deslicé mis labios sobre los suyos, nuestras lenguas danzaron mezclando se en una calidez mayor que la de nuestros cuerpos...
El sabor..., el sabor era algo que ningún humano podría olvidar. Era algo amargo, pero adictivo.
No pude desprenderme de esas cadenas.
Nos miramos un momento, ella abrió su boca delicadamente, yo escuché. "¿Me seguirías a cualquier lugar? ¿A cualquiera?". "Sin duda alguna" le dije sin pensarlo dos veces.
Ella sonrió. Y la imagen se empezó a esfumar, de a poco.
Muchas mujeres aparecieron danzando a nuestros al rededores, pero no me iría con ninguna otra, no hasta no terminar con la hermosa mujer que se había apoderado de mi.
Ella empezó a desvanecerse, cada vez más, y más.
Nada quedó, sin siquiera un adiós. sólo sus zapatos quedaron tirados en la arena...

Comencé a acalorarme, sentía las vías respiratorias colmadas, comenzaba a ser muy molesto.

La piel comenzó a arder, me quemaba, ardía.
No pude aguantarlo más y caía a la arena. Eso sólo hizo que ardiera más, y más.
El ardor comenzó a desaparecer..., al igual que mi mi piel.


Las sirenas sonaban, todos corrían desesperados a las salidas de emergencia. Los bomberos irrumpieron en el edificio, apagaron lo que quedaba del resplandor carmesí.



El hombre yacía muerto en el piso de su departamento. Tres paquetes de cigarrillos se desparramaban a su alrededor. Con el suave filtro de su último carrillo en su mano.





Translate